Quizás uno de los instrumentos que le han dado a México paz, tranquilidad y estabilidad, es la creación del Partido Nacional Revolucionario que en 1929 instituyó Plutarco Elías Calles, que pondría fin a los levantamientos e indisciplinas de los caciques pueblerinos que a lo largo y a la ancho del país imponían su hegemonía y de hecho con el invento de esta institución partidista y “revolucionaria” se abrió paso al partido único, que más tarde desembocaría en ser el Partido Revolucionario Institucional, que dio origen al instituto político hegemónico de donde saldrían los ejes de mando a nivel nacional y que darían atole con el dedo al pueblo mexicano, que vería que la democracia dirigida traería tranquilidad y paz, simulando una democracia que estábamos muy lejos de alcanzar, pero fue la gran idea que calmaría y tranquilizaría las ambiciones de los mexicanos, que por debajo de la mesa eran dirigidos por los caciques de cada estado y dicho partido se convertiría en la fábrica de políticos que más tarde serían los gobernantes de México. De ahí vino el dedazo que gran elector, o sea la cúpula priísta designaba al futuro presidente de México y a sus gobernadores, léase “el rey y sus virreyes”, costumbre que aún prevalece en algunos estados.
Todo marchaba bien hasta la irrupción abrupta de Vicente Fox en el año 2000 que con las siglas del Partido Acción Nacional (PAN), rompió la tradición del partido hegemónico, seguido por Felipe Calderón que en discutida elección llegó en el 2006 a Palacio Nacional, en el transcurso de estos dos sexenios la oposición se empezó a fortalecer: el Partido Comunista (PC) tuvo varias mutaciones hasta llegar a convertirse en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y en ese trayecto fueron desapareciendo pequeños partidos por falta de adeptos, como pasó con el Partido Popular Socialista (PPS), el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), entre otros. Actualmente en México existen; PRI, PAN, PRD, MC, PVEM, PT, PES, MORENA, FPM, RSP, de todos estos partidos ninguno significa una oposición para el partido oficial inventado por Andrés Manuel López Obrador y de los últimos de reciente creación son adláteres o para ser concretos paleros de MORENA.
Y para ser francos no existe oposición en México, son partidos sin plataformas ni ideologías y que únicamente existen para cubrir las jugosas prerrogativas que el propio gobierno les da, para hacerle creer en los mexicanos que vivimos en una auténtica democracia y para mantener una casta de malos mexicanos que han encontrado en este juego su modus vivendi.