Lastimoso clamor de la madre de Yiovani Varo Otaño, humilde mujer que solicita apoyo para trasladar a su hijo desde Ciudad Juárez, donde fue asesinado a manos del crimen organizado que asoló el jueves a esa ciudad fronteriza y, como la mayoría de los fallecidos, estaba en el lugar equivocado.
¿Dónde están las autoridades del gobierno estatal o del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante?
Lugar equivocado porque, siendo enfermero, su tierra no le dio las oportunidades para quedarse a ejercer su profesión; tierra equivocada porque esa ciudad es de las más violentas del país; con un gobierno equivocado que ofrece abrazos y no balazos y que, en respuesta, sin la menor equivocación los grupos criminales reviran con plomo, con balazos a esa inacción oficial.
Directoras y directores han pasado frente al Instituto Oaxaqueño de Atención del Migrante con más pena que gloria. El gobierno de Oaxaca y sus titulares han transformado al IOAM en agencia funeraria pues se ha reducido a contar el número de muertos oaxaqueños en otras tierras. Lleva una estadística sangrienta de paisanos muertos a cruzar la frontera, de los fallecidos en accidentes de tránsito al huir de la Guardia Fronteriza o baleados impunemente por organismos de seguridad de este y del otro lado, a los fallecidos por la pandemia; de los sentenciados a muerte por jueces estadounidenses o de cuerpos hallados en el desierto o ahogados en el río Bravo.
Aída Ruiz García, que así se llama quien cobra como directora del IOAM, además, mes con mes espera el informe de Banxico para contar los dólares, festinando que cada vez los paisanos rompan registros históricos de envío de remesas a sus familias en Oaxaca. No es un logro que nuestros paisanos cada mes envíen más remesas, es motivo de vergüenza por aquí no encuentran las oportunidades para sobrevivir y deben trasladarse a otras tierras a dejar su sudor y sangre para mantener a sus familias.
Y de este lado, en el tiempo que Ruiz García lleva como titular, no se ha desgastado en ofrecer alternativas a los migrantes oaxaqueños que no sea el, por desgracia y tristeza, tramitar traslados de cuerpos de la Unión Americana o otros estados o contratar agencias funerarios para dar en la muerte lo que no se dio a los paisanos en vida: un trato digno.
Por ahí han pasado personajes como Rufino Domíguez Santos, con Gabino Cué y la propia Aída Ruiz, ambos se han limitado solo a advertir a los migrantes que no partan de su tierra por los riesgos que enfrentan en otros lugares. Aunque el mayor riesgo que afronta un migrante en su tierra es el hambre.
¿TURISMO INFLACIONARIO?
Tanto el gobierno federal como los estatales, en definitiva, andan en otras cosas. Mientras el país se incendia ante las olas de incursiones de la delincuencia organizada, que ha puesto en jaque a ciudades enteras y amenazado a la seguridad nacional, en el ámbito doméstico no hay medida efectiva, oportuna y eficaz para contener el galopante aumento de precios.
Tehuantepec se ha convertido en la ciudad más cara de la nación, Oaxaca no sale de las 10 con los precios más onerosos. Una de las principales causas: el abandono del campo, la nula industria y, quizá sea inadecuado decirlo, el apoyo al turismo y al comercio, que tan caro ha salido a los ciudadanos de a pie. ¿Por qué? Pues en Oaxaca prácticamente no producimos nada, y lo que hacíamos tan eficientemente, lo hemos enterrado.
Por eso siempre tenemos registros de precios más altos que el promedio del resto del país.
¡QUE TODO EL AÑO SEA GUELAGUETZA!
En Oaxaca concluyen las fiestas por la Guelaguetza y de nuevo volvemos a la cruda realidad. Ni bien pasaron las actividades que se anunciaron en el marco de la máxima fiesta de los oaxaqueños, y ya se hacen evidentes de nuevo las marchas, los secuestros y los homicidios.
Los empresarios que mostraron su beneplácito con lo logrado por la Guelaguetza, son los mismos que deberían condenar la inseguridad por tantos delincuentes, que no solo se atreven a robar a plena luz del día y en céntricas calles de la ciudad, sino también de asesinar a quienes asaltan.
Las fiestas ya pasaron y nos encontramos con tristes noticias. Hace poco ejecutaron a dos empleados del Izzi por Etla y se encontró semi enterrado a conocido empresario por Ocotlán de Morelos.
También se han robado vehículos de turistas y han asaltado a diferentes establecimientos que afortunadamente cuentan con cámaras para hacerlo público por redes sociales, donde se muestra la incapacidad de nuestras autoridades que aseguran que Oaxaca es uno de los estados más seguros…pero para los funcionarios y sus familias, pero no para el resto de los oaxaqueños.