Todos, todos los actores involucrados simplemente se arrojan la bolita y eluden la responsabilidad en torno a la crisis de la basura, y nadie hace frente al retador desafío de una organización, que se conduce al filo de actos delincuenciales, la cual ha impuesto su ley en playones del Atoyac y tira impunemente desechos contaminantes. Ninguna instancia oficial, además, da cuenta de avances para solucionar la crisis de basura antes de la fecha fatal: octubre.
El presidente municipal, Francisco Martínez Neri, se dio una vuelta por Palo Alto, California a principios de la semana pasada para “observar” el ejemplar manejo de desechos en esa ciudad que comparte la hermandad con la Verde Antequera y reconoció lo que ya sabíamos: estamos muy lejos, a años luz de acercarnos medianamente a un manejo responsable, eficiente de los desechos sólidos.
Hasta el día de hoy, Helena Iturribarría Rojas, secretaria del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable, sigue sin presentar alguna acción alternativa o de apoyo a los gobiernos municipales a quienes se les está terminando el tiempo. Acaso deslizó el fin de semana que “se contaba con un predio al este de Zaachila” para trasladar la basura. Ambientalistas han insistido que no es posible un nuevo tiradero con las viejas prácticas de depositar, sin separar ni aprovechar la basura, pues solo trasladaría el problema y, a mediano plazo se tendrían dos conflictos ambientales.
De plano Ernesto Ruiz López, titular del florero llamado Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Oaxaca tomó el camino más fácil y regresó la bolita al municipio. Es cierto, el municipio citadino, por ley, es responsable de la recolección, manejo y disposición final de los desechos sólidos. Sólo que al funcionario se le olvidó que él es un procurador y, cuando se comete un ecocidio o delito ambiental, como el invadir, adueñarse o emplear un predio como tiradero, sin las mínimas normas sanitarias, sin permiso, ni trámites, pues entonces se debe prevenir, actuar y castigar, no hacerse de la vista gorda.
Sin embargo, Elsa Ortiz Rodríguez, secretaria de Medio Ambiente y Cambio Climático de Oaxaca de Juárez, fue más lejos y esclareció las razones de la inacción oficial. El municipio está rebasado, superado por el tiradero improvisado por recolectores particulares afiliados a la CATEM que ha convertido el lío en un conflicto político. Palabra más, palabras menos “no es una cuestión técnica, de levantar la basura. Es un problema político-social que rebasa al municipio”. Eso es, sin duda, no querer afrontar a la CATEM la verdadera razón de la inacción: tienen miedo de enfrentarla y que estalle un lío de proporciones inimaginables. Prefieren llenar de basura la ciudad que resolver de raíz el problema.
Pero también la funcionaria municipal introdujo otro elemento, de lo cual no le falta razón: “En la ley está establecido que, cuando un municipio es rebasado por un problema político-social como es este, le tienen que entrar los tres órdenes de gobierno”, para resolverlo. Sin duda.
Y, entonces, dónde está la Comisión Estatal del Agua, de Jorge Antonio Villacaña Jiménez y, por parte de la Federación, donde están, por ejemplo, el director de la Cuenca Pacífico-Sur de Conagua, Julio Alfonso López Hernández, que tiene injerencia por la contaminación del Atoyac.
Nadie, hasta el momento, ha emplazado o preguntado dónde está la delegación de SEMARNAT, acéfala y que apenas tiene en María del Socorro Adriana Pérez García a la encargada del despacho de la delegación federal en el estado de Oaxaca y que posición la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente pues, al final, también el municipio tiene razón, los playones del Atoyac es superficie de responsabilidad federal, solo que, cuando conviene el asunto es municipal, estatal o federal, pero cuando se trata de fincar responsabilidades, pues nadie se hace responsable y así pasan los días y, sobre todo, se acumulan los cerros de basura.
Son muchos los involucrados y el problema se ha convertido en una papa caliente de carácter político-social y ambiental y, con la mecha encendida, puede reventar en cualquier momento.
Los chicos del plástico
Pues siguiendo con los temas ambientales, los principales promotores de la Ley Antipet en Oaxaca, que había colocado al estado a la vanguardia ambientalista, los hermanos Sosa Villavicencio, fueron exhibidos en redes sociales en plena fiesta patronal, principalmente Horacio, en su coto de poder, San Bartolo Coyotepec, en ameno convite de amigos y con quienes comparten afinidades políticas, pero usando impunemente plásticos. Doble discurso. ¿Con qué cara, entonces, emplazan y patalean contra las transnacionales que rehúsan terminar con el pet? Son como los revolucionarios socialistas o comunistas de antaño, que protestan con la izquierda, pero tienen una Coca-Cola en la derecha.