Un grave boquete dejó abierto en la imagen del gobierno estatal el escándalo de la presentación de los estrípper en el festival de Día de las Madres. La reacción del Gobierno del Estado fue paquidérmica, lenta, tardó varias horas; a pesar de ser materialmente atropellados en redes sociales, los eficientes comunicadores se limitaron a difundir una nota informativa deslindándose del hecho, señalando que la contratación del espectáculo estuvo a cargo del Sindicato de Trabajadores de los Poderes del Estado e Instituciones Descentralizadas de Carácter Estatal de Oaxaca (STPEIDCEO), Pedro Castillejos Villalobos.
Sin embargo, en horas y días siguientes el hecho se “viralizó” causando escozor en los comunicadores oficiales y se les salió de control sin un plan eficiente de “control de daños” para, sino contrarrestar, si sofocar el fuego que encendieron y que atizó la inacción e ineficacia. Ante una pradera de hojas secas, se quedaron cortos los resortes del asesor argentino René Gonzalo Palacios. En palacio de gobierno están muy enojados, con justa razón.
Apenas el 23 de abril las negociaciones anuales entre el Gobierno del Estado y el sindicato habían llegado a buen puerto; las pláticas se extendieron por 27 días y se examinaron 69 cláusulas en las diferentes mesas de trabajo, acordando un aumento salarial “cuidando ante todo las finanzas estatales”. Un malicioso podría muy bien cuestionar ¿en esa negociación iba incluido el espectáculo? Algunas madres trabajadoras, al reprobar el hecho y señalar que no era el lugar, se quejaron de no haber recibido los obsequios que pasadas administraciones les había acostumbrado.
De alguna u otra forma, la presencia de funcionarios en el lugar, como el secretario de Administración, avaló o dio la anuencia al torpe y aberrante espectáculo. En el deslinde, se señala que el gobierno es respetuoso de la autonomía sindical, sin duda así debe ser; sin embargo, hay dinero público “invertido” en dicha festividad, sea porque la Secretaría de Administración cubrió los gastos, además que es de suponer que una parte de las cuotas sindicales sufragaron una parte del programa donde, además, nos dicen algunas de las presentes, se rifaron ¡8 automóviles!; habrá que ver a cargo de qué cuenta o de dónde salieron esos “regalos” en plena época de austeridad republicana o pobreza franciscana que pregona el nuevo gobierno, a pesar de que los sindicatos persisten o mantienen antiguas prácticas y funcionarios avalan las viejas y añejas acciones sindicales para tener contentos o mantener distraídos a, en este caso, las agremiadas.
El STPEIDCEO afilia a al menos 14 mil 042 trabajadores sindicalizados que prestan sus servicios a las diferentes instancias del gobierno del estado, el mayor empleador en Oaxaca. Al día de hoy, a la hora que se teclea esta columna en pleno Día de las Madres, a nadie se la ha ocurrido la brillante idea de ofrecer una disculpa pública, reconocer errores y enmendar el yerro.
No, no se les da
Cruce de caminos en el Cecyteo
Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Oaxaca (Cecyteo) define su futuro en estos días y se encuentra en un cruce de caminos con respecto a su relación con el nuevo gobierno, convertido en su nuevo patrón, con funcionarios inexpertos, desconocedores de la academia y con escasos o nulas credenciales académicas para el reto que representa esta institución de educación media superior. A la administración le han presentado un emplazamiento a huelga para el 1 de junio, como parte de la revisión salarial 2023.
El gremio agrupa a mil 500 sindicalizados y demanda incremento de 10% directo al salario para resarcir la pérdida del poder adquisitivo del último año a causa de la inflación. Además, el pasado jueves 4, parte de la base realizó un paro parcial en la dirección general dado que, sin consultar o “socializar” la decisión y, en lo que consideran un acto de autoridad, la directora determinó trasladarse al nuevo pero vetusto edificio que se localiza en la calzada Porfirio Díaz de esta ciudad. Para expresar su postura, los empleados de base realizaron una protesta pacífica en las oficinas administrativas que se localizan en la calle de Laureles 312 en la colonia Reforma, desde donde expusieron en pancartas la negativa.
La Blanca Luz Martínez Guzmán, preocupada en aparecer en actos oficiales partidistas, en las fotos del gobierno del estado y asidua en los boletines de prensa del gobierno, no se ha acercado para los primeros contactos con el sindicato. La funcionaria, tampoco ha escuchado la inconformidad de empleados, no solo sindicalizados, también hay rebelión entre los de confianza, por la inseguridad que representa el trasladar a una sola unidad a un edificio endeble al que se le están sumando espacios y un piso completo sin mostrar estudios de factibilidad y estructurales.
La nueva sede del Cecyte es un viejo edificio, está en la avenida Porfirio Díaz, la misma construcción que por años ocupaba el municipio de Oaxaca de Juárez con la dirección de Recursos Humanos municipal, entre otras dependencias.
Por cierto, sabe el municipio que ahí se realizan trabajos de obras. ¿Cuenta Cecyteo con permiso de construcción? ¿Ha cubierto todos los trámites que exige el ayuntamiento para adecuaciones a este tipo de construcciones? ¿Quién es la empresa que lleva a cabo los trabajos? No vaya a ser que luego nos enteremos que la firma tenga una relación con algún “amigo incómodo” de la nueva administración.