La designación del exdirigente de la desaparecida Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), Flavio Sosa Villavicencio, como jefe de Gabinete, por 70 días, en reemplazo del ideólogo de Morena, Antonio Rueda, no fue muy bien vista por varios sectores de la vallistocracia, ni en el propio gobierno estatal, pues es “la piedra en el zapato”.
Y no es para menos. Los sectores productivos, sobre todo, recuerdan con tristeza cómo su escaso patrimonio se fue por la borda, a causa del daño social provocado en el 2006, que sumió a Oaxaca en el atraso, terminándola de amolar la pandemia pasada que puso el último clavo en el ataúd de los sectores productivos.
Después del anuncio de este nombramiento del gobernador del Estado, Salomón Jara Cruz, quien se notó nervioso al momento de presentarlo en su conferencia matutina de cada lunes, las redes sociales no se hicieron esperar con todo tipo de comentarios, la mayoría de manera negativa y señalando a Sosa Villavicencio de vividor y traidor.
Algunos comentarios en redes sociales hicieron mención que, cómo era posible que un individuo que se la jugó con Susana Harp, quien por cierto no digiere hasta el momento esa derrota, sea ungido en un cargo importante, en el gabinete de Salomón Jara, y otros que acompañaron al hoy gobernador del estado y mostraron capacidad y lealtad a toda prueba, ocupen cargos menores en la estructura gubernamental.
Pero la política es así y los que están en ella, en el partido que sea, tienen que disciplinarse, máxime cuando la orden viene de arriba.
Dicen que en política al enemigo hay que tenerlo cerca y eso está haciendo el gobernador en turno. Tener cerca a Flavio, “El Demonio de Tasmania” para que no juegue a las contras ni perturbe la paz del pueblo de Oaxaca.
Antes que Flavio ocupara este cargo, ya estaba en la estructura gubernamental, sólo que en los Servicios de Salud de Oaxaca en donde fungía como intermediario entre los SSO y el Instituto de Salud para el Bienestar. Se movía de manera discreta, pues algo aprendió del 2006. Después brincó a la nueva posición que lo encumbra políticamente y le da posibilidades de ocupar un cargo de representación popular, que es lo suyo. Y es muy probable que aproveche la relación con el presidente López Obrador para ir por la vía plurinominal. En un descuido se cuele hasta en el Senado. La cosa es que el dirigente del movimiento del 2006 está bien posesionado. Por lo pronto les quita el sueño a muchos que desean obtener un cargo de representación popular.
Es innegable que Sosa tiene buena relación con la izquierda cuyos dirigentes lo respetan. Si se aplica, podría destrabar varios conflictos que se han enredado como quesillo al titular de la Secretaría de Gobierno, Jesús Romero López. El de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, por ejemplo. O el conflicto en la zona triqui. Hay que recordar que Flavio Sosa fue compañero de lucha del eterno dirigente del Movimiento Unificador de Lucha Triqi, Heriberto Pazos Ortiz. En ese tiempo reinó la tranquilidad en la zona, hasta que un grupo se desligó de esa organización y fundó la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort) y vinieron los crímenes que hasta el momento no cesan.
Tiene también buena amistad con los líderes de las comunidades de la zona norte del Istmo que se oponen al Proyecto Transístmico del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y es que Flavio Sosa ha recorrido la entidad de cabo a rabo. Sabe que recorrer esas comunidades, es ganarse a la gente que está urgida de líderes en que confiar y que los acompañe en sus luchas porque, cuenta, además, con la amistad y confianza del Presidente, no importa que en un amplio sector que sufrió por los bloqueos, cerro sus negocios y se quedó sin empleo, lo detesten. Total, en política, quien tiene más saliva traga más pinole.
AMOLTEPEC, TIERRA SIN LEY
Santiago Amoltepec, pueblo de la Sierra Sur se ha convertido en tierra sin ley. En abril pasado, ante el incremento de la violencia e inseguridad, así como la falta de garantías para realizar su labor educativa, maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), abandonaron las aulas y dejaron de dar clases.
Hacia el mediodía del pasado martes, 20 de junio, un individuo del sexo masculino fue abatido a balazos en jurisdicción de Santiago Amoltepec.
De acuerdo con información preliminar, el crimen de Nemorio V. R., de 55 años, fue perpetrado frente a la escuela primaria de la agencia municipal Piedra del Tambor.
Se sabe que la víctima se encontraba frente al plantel educativo cuando sujetos hasta el momento desconocidos le dispararon en repetidas ocasiones hasta quitarle la existencia. Con casos como éste, se agudiza la inseguridad en la zona, por lo tanto, los maestros tendrán suficientes razones para dar clases. Ese es otro problema que afecta a los oaxaqueños: la inseguridad, que algunos no quieren reconocer, que existe en Oaxaca.