El día de cambio es hoy, no cuando cumples años, cuando tengas dinero, cuando empiece el año o cuando te sientas mal. Un cambio saludable siempre será para estar mejor no solamente por dentro; el resultado también se refleja por fuera e, inclusive, en nuestra mente, pues estamos más animados, menos estresados y tenemos más atención.
La población en general no consigue un cuerpo sano debido a un conjunto de “malos hábitos” relacionados con:
- Mala alimentación
- Horas sentadas frente a una pantalla
- Tabaquismo
- No dormir lo suficiente o una mala calidad de sueño
- No descansar lo suficiente
- Exceso de alcohol
Todos estos factores se viven diariamente en la dinámica familiar y en el ambiente en que se desempeña cada persona como el trabajo, la escuela o la comunidad, lo cual juega un papel muy importante en el estilo de vida de cada individuo.
Los hábitos pueden ser ignorados, cambiados o remplazados, aunque trabajar en la construcción de nuevas rutinas no es tarea fácil, pero se puede lograr siempre que la persona esté consciente de modificar hábitos inadecuados y tener a cambio un cuerpo sano.
Los hábitos son poderosos y generan un estado neurológico definido como ansiedad. Los estados de ansiedad aparecen y se desarrollan en forma gradual, muchas veces la persona no se da cuenta de que los padece y permanece ciego a ellos por un tiempo, hasta que se ve afectada su salud.
Para lograr un cambio de hábito es necesario conocer cómo se está formando y utilizar una estrategia.
EL CAMBIO INCLUYE:
Automonitoreo: Con qué frecuencia ocurre tu conducta no deseada.
Análisis del comportamiento: Necesitamos conocernos, saber en qué circunstancias actuamos de tal modo, que provoca nuestra conducta.
Establecernos metas: A corto (solo por hoy), mediano y largo plazo.
Control: Que nuestras conductas saludables vayan reemplazando progresivamente a nuestras conductas no saludables, por ejemplo: el aumento en el consumo de agua natural reemplaza el consumo de refrescos y aguas de sabor con azúcar.
Realimentación: Es importante llevar un diario de alimentos con raciones y horarios, para ver nuestra evolución y poder reconocer nuestros logros y éxitos.
Red de apoyo: Buscar una red de apoyo con los compañeros de trabajo o en la familia.
Motivación: Los resultados obtenidos siempre serán nuestra mejor motivación a mantenernos y continuar. No olvides que la motivación no siempre está al cien, pero solamente necesitamos reconocer y continuar.
La moral es muy importante en el estado de motivación, una moral elevada significa que las necesidades de la persona están satisfechas, que hay optimismo, cooperación y actitud positiva.
¡Siempre buscar empoderamiento reforzando la confianza y el interés por sí mismo!
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Les escribe Laura Garrido, nutrióloga de profesión y su amiga de corazón.