Por: José Nieto
Douglas Javier López Flores abandonó Honduras – su país natal– para buscar el sueño americano. Sin embargo, al pisar tierras mexicanas laboró durante un tiempo en Coatzacoalcos, Veracruz, y posteriormente se trasladó a Ciudad Ixtepec en donde abrió las puertas de su barbería.
En entrevista, el migrante hondureño relató que vio a Ixtepec como un buen refugio para desarrollar su talento de peluquero, el cual heredó de sus ancestros, por lo que le puso por nombre “Catrachos”, en honor a la gente de su país, Honduras.
En el 2015, Douglas salió de su país con rumbo a los Estados Unidos, huyendo de la violencia y la falta de oportunidades para darle mejores condiciones de vida a su familia. A su llegada a México se puso a trabajar como peluquero, porque es lo que sabe hacer. En la actualidad es dueño de dos barberías familiares que son atendidas por su esposa e hijos.
Relató que en Coatzacoalcos permaneció solamente dos meses. Luego se enteró del albergue Hermanos, en el camino de Ixtepec, y decidió buscar la ayuda de los defensores de los Derechos Humanos de los Migrantes.
Durante el 2019, 50 mil migrantes centroamericanos solicitaron refugio en México. En las últimas fechas se ha incrementado el paso de migrantes, los cuales formaban parte de la caravana que partió de Honduras durante los primeros días de enero.
Recuerda que debió de trabajar en diversas barberías locales, a los seis meses de prestar sus servicios en una de ellas el dueño le ofreció traspasarle el negocio y aceptó, por lo que desde entonces su barbería es una de las más conocidas y exitosas de esta ciudad.
“Catrachos, Barber Shop” atiende a más de medio centenar de clientes durante casi 12 horas, los cuales llegan desde los diversos municipios de la región del Istmo.
Su esposa e hijos también son peluqueros, los cuales se han ganado la confianza de los clientes, por lo que, al ser un negocio familiar, no descartan que próximamente inauguren la tercera sucursal.
Para la familia López es un arte el oficio que desempeñan, porque los clientes son de todas las edades y en su mayoría piden cortes modernos, lo que les permite tener éxito.
Guantes negros, tijeras, máquina de rasurar, peines, agua, entre otros productos y artículos utilizan para moldear la imagen de sus clientes a través del corte de cabello, barba, ceja o bigote.
Douglas, de 42 años de edad, lleva 28 años ejerciendo este oficio. Además de la barbería “Catrachos” en Ixtepec, su hijo administra el segundo negocio ubicado en Salina Cruz, y de ser posible abrirán un tercer establecimiento en algún municipio de la región del Istmo.
La familia de Douglas cuenta con el permiso de residencia, pero buscará nacionalizarse porque el sueño ahora es ser mexicano. Dejando en claro que, no es su intención convertirse en millonario, y que su objetivo es ayudar a su gente.