¿Qué está pasando mamá?, alcanzaron a preguntarle sus hijos a Leslie López de Gante, mientras la pared se caía y la puerta colapsada frente a ellos.
“Como pude, agarré a mis dos hijos, los cubrí con mi cuerpo en espera de lo peor. Se cayó una parte del techo encima de nosotros y lo único que hice fue empujar lo más fuerte”, narró la señora, quien estaba a punto dormir aquel jueves, antes de la media noche en el hotel Del Río, en Juchitán.
En ese desastre natural, Leslie perdió a su mamá, la señora Delfina Margarita De Gante López de 62 años de edad, quien era dueña del hotel.
Después de una hora y media, sus vecinos, y personal de protección civil arribaron para auxiliarla junto con sus hijos Ángel Manuel y Eduardo Miguel, a quienes consideraban ya muertos, debajo de los escombros.
“Cuando salimos y pudimos caminar mal heridos. Yo empecé a llamar a mis papás”. El señor de nombre Miguel respondió a los gritos de sus nietos y les dijo que estaba bien. De la abuelita, los menores no recibieron respuesta.
“Lo que me dijo el de Protección Civil es que a lo mejor mi madre corrió a la cama de mi papá cuando le cayó una loza encima y fue cuando murió instantáneamente.
Al señor Miguel lo rescataron alrededor de las 5:30 horas del viernes, y a la señora la hallaron a la 13:00 horas ya sin vida.
Por la gravedad de las heridas de su hijo Ángel Manuel, de 6 años, fue trasladado al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la ciudad de Oaxaca, donde le amputaron el dedo gordo del pie, y le están curando los demás dedos porque se le descubrió el hueso.
El menor está fuera de peligro, podrá volver a caminar con normalidad, es el diagnóstico de los médicos del IMSS.
“Mi mamá se enterró el sábado a las 16:00 horas, yo no pude estar porque estoy con mi hijo en el hospital”, dijo Leslie al contar su historia de tristeza y dolor que dejó esta tragedia.
La familia es la dueña del hotel del Río, en Juchitán, en ese momento, no tenían huéspedes, pero ellos ocupaban los cuartos para vivir, y era una noche normal para cientos de familias istmeñas.
“Jamás he sentido un temblor así. Empezamos a gritar y unos jóvenes que están rentando un espacio aledaño al hotel nos escucharon y nos ayudaron”, dijo Leslie, quien perdió todo su patrimonio y a su mamá.
Todo el hotel colapsó, la planta alta aplastó a la parte baja, donde quedamos atrapados, pero nos rescataron con vida.
Leslie López de Gante se encuentra en la recuperación y en medio de la tristeza.