Si la inseguridad y la delincuencia están desatados, los oaxaqueños estamos indefensos. Aterradoras son las cifras que nos brindan las autoridades y que se han visto reflejadas en trabajos periodísticos: agosto representó una marca histórica en homicidios en Oaxaca, más de 900 en apenas 30 días; incremento de hasta 23% en robo a negocios y, en un solo día, el miércoles quizá la jornada más sangrienta en muchos, muchos años: 8 asesinatos en menos de 24 horas.
Ese día negro, miércoles 21 de agosto, sin exagerar, puso en vilo a los oaxaqueños que ahora, vía redes sociales, se enteraban casi en tiempo real de los acontecimientos. Un cadáver en inmediaciones de Santa Lucía, un confuso asalto en pleno centro histórico, a dos cuadras de Palacio de Gobierno, la ejecución de un operador político priista ligado a un diputado preso y al ex candidato a la gubernatura y, por la noche, reporte de dos personas más asesinadas en Pinotepa Nacional. Día difícil.
Hasta ahora, tarde-noche del jueves, ninguno de los responsables de la seguridad y prevención en Oaxaca se habían referido del miércoles sangriento. La Secretaria de Seguridad, Dalia Baños Noyola, no se ha percatado aún de la papa caliente que tiene en las manos; de la bomba de tiempo que representan los actos delictivos en Oaxaca e, incapaz, carece de planes para combatir medianamente las violaciones a la ley.
En el mismo corral está el marino José Manuel Vera Salinas, Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, bien pertrechado en sus oficinas de San Felipe del Agua. ¿Qué decir de las policías municipales de Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, Juchitán, Pinotepa Nacional, Soyaltepec, Juchitán de Zaragoza o San Pedro Mixtepec, donde se registraron los asesinatos?
Baste el ejemplo citadino: un hombre abatido a balazos, las primeras referencias decían que había sido víctima de un asalto y que intentaron despojarlo de una motocicleta, que finalmente estaba a su lado. Tardía reacción policíaca y la policía municipal, primer respondiente, no acertaba a llevar a cabo las diligencias, las investigaciones y el resguardo de evidencias. Apenas “acordonaron” la escena del crimen.
Por aquí y por allá los testigos, vecinos del lugar, los representantes de medios fueron hilando el asunto: el abatido era uno de los presuntos asaltantes, dos de sus compañeros huyeron con un botín superior al millón de pesos (a estas alturas autoridades no precisan concretar la cifra) y quienes dispararon serían dos guaruras de la víctima, presunta autoridad municipal.
Nula tarea de inteligencia, de investigación y coordinación. Si así fue, la policía perdió valiosos minutos para lanzar una alerta, patrullar y evitar la huida de los cómplices del abatido que, horas después nos enteramos de manera extra oficial, era originario de Chiautempam, Tlaxcala. Los acompañantes ¿eran oaxaqueños u de otro estado? No lo sabemos.
El enredo crece. Quienes abatieron al criminal lo hicieron presuntamente con armas reglamentarias ¿Tienen permiso para ello? Si son armas de uso exclusivo del ejército, están en problemas.
Son los ciudadanos quienes, ante la ineficiencia e inseguridad, han tomado acciones para defenderse. ¿Es correcto, esto debe ser así?
Oaxacanizar el gabinetazo
La 65 legislatura del Congreso local ha impuesto candados al gabinetazo para quienes busquen ocupar un cargo relevante en el gobierno sean originarios o con residencia mínima de tres años en Oaxaca.
Los legisladores se están curando en salud y quizá, imponiendo una camisa de fuerza al gobernador electo, Salomón Jara. Es cierto, en el presente gobierno se multiplicaron los advenedizos llegados de otras tierras, preferentemente el Estado de México, e hicieron lo que quisieron, porque se les permitió.
En la exposición de motivos se señaló que los no oaxaqueños desconocen los problemas sociales que aquejan a Oaxaca, lo que ocasiona una mala atención y deriva en no solucionar las diversas demandas de la ciudadanía.
Ojalá y esta medida sirva para que en el gobierno estén los mejores oaxaqueños, los más capacitados y no se entreguen cargos por compromisos, para pagar cuotas, por lealtades o simpatías políticas. Si eso sucede, esta reforma al artículo 3 de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca estaría de más.
Pésimo bacheo
Con lo que nos salió la secretaria de Obras Públicas del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, Denisse Arandia Valencia, al ser cuestionada por la mala calidad de bacheo que realiza el municipio capitalino. En lugar de intentar defender la obra realizada por su dependencia “que los baches resurjan, es algo imposible de prevenir”.
Cabildo, casi sin quórum
Y ya que en estas andamos, ayer por poco no se reúne el quórum necesario para la sesión de Cabildo. A falta del presidente municipal, varios de los regidores y regidoras se ausentaron sin justificación razonable. Y claro, no corre prisa, “aún faltan” 16 días para el cierre impuesto al basurero municipal por parte de las colonias circundantes.
El problema ahí está, el zapato comienza a apretar al municipio pero los regidores pues, ni sudan ni se acongojan.