El Partido Revolucionario Institucional cumplió 94 años y hubo fiesta en la parcela oaxaqueña.
La fiesta no fue como antes cuando tenía el poder en las manos, sino pobre en presencia de aquellas fuerzas vivas que llenaban calles, estadios, auditorios.
El festejo fue opaco, gris, como el contenido de los discursos ahí pronunciados.
Brillaron por su ausencia muchos hombres y mujeres que ocuparon grandes cargos públicos o de representación popular, a la sombra del PRI.
Le hicieron fuchi al partido que les dio dinero a manos llenas; poder para hacer y deshacer, y presencia para dignificarlos como políticos, entre comillas, cuando antes no eran nadie.
Entre los ahí presentes estaba el Maestro Agustín Márquez Uribe que no olvida los colores de su partido, el PRI, que lo hizo presidente municipal, diputado federal y senador y tantos otros cargos. Le faltó gobernar Oaxaca, pero no estuvo en los gustos de los presidentes de la República de la época.
Fiel con el PRI, hasta las últimas, Don Agustín nos mostró ese gesto de agradecimiento, virtud del cual adolecen los políticos de ahora, así como no abandona su partido, cómo las ratas abandonan el barco, cuando éste se hunde.
“Nada es más honorable que un corazón agradecido”, decía Séneca. Y Don Agustín estuvo ahí presente, siempre fiel en las buenas y en las malas.
La existencia del PRI en la actualidad es más que cuestionable. Es partido de oposición a nivel nacional, pero como si no existiera. En Oaxaca pasa lo mismo.
Así, en momentos críticos en los cuales vivimos, los que dirigen el PRI han caído en el conformismo, la apatía, el abandono.
Sí, cierto, luchan, hablan, pelean, pero sólo para defender las prerrogativas que les da el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) recursos que, no se sabe, en qué emplean.
Tan necesarios los partidos para evitar el agandalle del partido que está en el poder. Pero hoy día, los priístas no se asumen como oposición verdadera que luche, pelee por las demandas del pueblo; que truene contra la carestía que vuelve más hambrientos a los oaxaqueños; que señalen a los corruptos que nos gobiernan, que exija cárcel contra los envenenadores de la juventud y sus nexos con el poder.
El PRI debe crear líderes que defiendan sus postulados, ideólogos que teoricen sobre sus lineamientos de partido, hombres cultos y audaces que enriquezcan la política.
Ausente está el mensaje de los líderes a los ciudadanos para que éstos sepan que hay un partido que sólo está en un impasse político, pero que se está preparando para volver al poder con sangre e ideas nuevas. Nada es tan terrible en la política como la indolencia.
Que le digan a sus seguidores que sus líderes están trabajando de manera conjunta con los senadores, diputados locales y federales, presidentes municipales y líderes de colonos, pero que en realidad lo hagan.
En la Cámara de Diputados local, así como en el Cabildo de la ciudad de Oaxaca, da vergüenza ver a sus miembros agachones que venden su voto a las primeras de cambio, convirtiéndose en una oposición entreguista y condescendiente.
Tiene el PRI pues, que trabajar mucho, para ser actuante y participativo, no vivir sólo de las glorias del pasado, y devengar con dignidad las participaciones que actualmente se le entregan, porque ese dinero no es del IEEPCO, sino de los ciudadanos que pagan impuestos, porque ven en las instituciones partidistas los caminos abiertos hacia la libertad y la democracia.
VIOLENCIA EN COBAO
Después de la denuncia de un grupo de padres de familia del Cobao de Santa María El Tule que evidenciaron el trato del subdirector académico del plantel hacia los alumnos y alumnas, autoridades de esta institución decidieron poner en marcha una “línea de ayuda” para atender casos de violencia en las diferentes sedes, pero no han informado a la fecha qué sanción o llamada de atención tendrá el funcionario que ha dado muestra de abuso de poder, intimidación y prepotencia en perjuicio de la comunidad estudiantil.
El Cobao informó que se instaló un comité integrado por docentes y estudiantes de los 68 planteles del Cobao para atender y combatir posibles casos de violencia y acoso que puedan dañar al estudiantado, sobre todo en beneficio de las adolescentes.
Ojalá que esta línea de ayuda sirva y no solo sea parte del discurso de las autoridades para simular atención a las denuncias de los estudiantes y padres de familia, porque en el caso del Cobao de El Tule fueron varios estudiantes que tuvieron que soportar gritos e intimidación del subdirector, a quien también se le había acusado de la misma actitud años atrás en el Cobao de San Antonio de la Cal, donde también asumía el mismo cargo.
Ojalá que esta misma línea de ayuda se replique en otras instituciones como el CEcyteo y otras escuelas públicas de educación media superior, donde el acoso escolar y la violencia verbal no solo se da entre los y las estudiantes, sino también de profesores y directivos a los alumnos.