Hace unas semanas, un grupo de activistas —encabezados por el artista plástico Marco Antonio Vázquez Ramírez, Markoa, y por el abogado Marco Antonio Baños Avendaño— pedían la protección del patrimonio material e inmaterial del estado. Para ello, solicitaban ampliar las facultades del Ejecutivo Estatal, así como someter a consideración una “iniciativa con proyecto de decreto por el que se declara la preservación del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad (sic) sus expresiones diversas y el patrimonio cultural material de la humanidad del estado de Oaxaca incluyendo el natural (sic)”.
Ante estas propuestas desde la sociedad civil, artistas, artesanos y activistas, la investigadora María Luisa Acevedo Conde considera que “todo el trabajo que se haga es útil”. No obstante, piensa que “lo que tenemos que hacer es que la gente entienda, y todos individualmente, tengamos la conciencia del valor de nuestra propia cultura y defendamos sus productos”.
Por ello, ve en la difusión y el reforzamiento del sentimiento de pertenencia a una cultura que tiene características propias como algo que hay que apoyar.
Para la investigadora es necesario llegar a una conclusión en la que cada persona se convierta en defensora de su cultura. De ahí la importancia de conocer primero lo que se va a defender.
“Podemos empezar con el conocimiento de lo que está y tenemos cerca. En Oaxaca no es fácil porque somos muy diversos, pero ejemplos como la Guelaguetza, por más que acabe siendo un espectáculo, ayuda a esa labor porque conociendo a los demás y tratándolos en algún momento, como en los Lunes del Cerro”, refiere.
Y es que “más allá del espectáculo es una forma de ser propia que nos ayuda a mantener una identidad particular”.