Dividido en seis capítulos, antecedidos por una presentación y una breve introducción, Ciudadanía, “El poder de la colectividad”, escrito por Felipe Víctor Jiménez Lázaro y Mara Olivia Barragán Arzola, manifiesta la importancia de la sociedad en la toma de decisiones.
En la presentación, el investigador Samael Hernández Ruiz manifestó que el texto se distribuye en un orden lógico y específico que se articula de alguna manera en el primer y último capítulo.
Los autores discuten los temas de la ciudadanía a un nivel casi filosófico; en el capítulo primero, hablan específicamente de esta categoría qué es la ciudadanía y establecen su condición ontológica. Lo cual significa que la ciudadanía no es meramente un adjetivo, sino que es parte constituyente de la personalidad del ser humano”, externó.
En sus páginas, dijo, se resume cuál es la relación, la categoría de la ciudadanía y la sociedad, y desde donde plantea la necesidad de más trabajo para afinar algunas cosas, por medio de un planteamiento con solidez teórica.
¿Por qué hablar de la ciudadanía y darle un toque filosófico?, se preguntó el presentador quien ligó la respuesta a la situación actual del país.
Pues es obvio, por los tiempos en que vivimos; México vive, o vivimos hoy, un proceso de cambio, con un horizonte de muchas incertidumbres, no sabemos bien a bien que va a pasar después del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
¿Regresarán los viejos dueños del poder en México? ¿Continuará está transformación profundizándose? ¿En qué sentido? ¿Hacia dónde, si es que continúa?”, comentó.
Samael Hernández Ruiz refirió que los autores lo que afirman es que pese a las incertidumbre algo tiene que quedar muy claro, que si no hay un poder desde abajo (de la ciudadanía), un poder de la colectividad, todo esto va seguir lleno de incertidumbres y las personas comunes y corrientes nunca tendrán la capacidad de decidir el rumbo que tomen las cosas.
El y la autora coincidieron que la clase política y el servidor público tradicional aún no comprenden que el nivel de exigencia de la ciudadanía ha cambiado, que las problemáticas son más complejas, y que se está ante una nueva era, la era de la red, de la información y transparencia.
Nuestro país tiene la gran oportunidad de reeditar y diseñar un sistema democrático, no solo desde el gobierno, partidos políticos y sectores económicos hegemónicos, sino desde una nueva caracterización de la ciudadanía. Lo más importante y urgente es pasar de un ciudadano débil, molesto, expectante, a uno de mayor actividad e intensidad.